Hola de nuevo. Después de mucho tiempo sin actualizar, os dejamos un artículo muy interesante, publicado hace mucho, pero que merece la pena leer.
Saludos a tod@s y gracias por mantener el blog lleno de comentarios y participaciones.
El traspaso
de los límites terapéuticos:
sectas pseudoterapéuticas
Trabajo
presentado en el Congreso Anual de la Internacional
Cultic Studies Association (ICSA). Madrid, 14-17 julio 2005.
Cuando
se habla de intrusismo en nuestra profesión tendemos a pensar, generalmente, en
un simple estafador o en un charlatán que se hace pasar por profesional. En
esta presentación deseo describir someramente un modalidad que sobrepasa el
intrusismo para alcanzar el sectarismo. El término “secta”, malsonante pero informativo,
apunta a encuentros relacionales muy cerrados y dogmáticos, donde un sujeto se
instala en una posición de poder y
ejerce una influencia desmedida y no ética sobre sus seguidores.
La
apropiación sectaria
Hace ya unos años, un informe de la Mission
Interministerielle de Lutte contre les Sectes (5), ampliando lo que ya habían
detectado en anteriores años, incide en que el campo de la psicoterapia es un
terreno privilegiado para que se introduzcan estos grupos. Según cifras
estimativas de 1996, tan sólo en Francia el número probable de profesionales de
la salud que estarían en relación con grupos de manipulación psicológica (o
“sectas coercitivas”) ascendería a unos 3.000 (8). Aún dentro de tales
estimaciones convendría diferenciar entre adeptos propiamente dichos o simples
simpatizantes, entre terapeutas captadores y terapeutas ingenuos, así como
entre actividades terapéuticas no éticas y actividades terapéuticas
alternativas. Incluso dentro del campo de las terapias alternativas, el riesgo
de apropiación de determinadas técnicas por estos grupos es también elevada
(2). En nuestro país aún no disponemos de cifras estimativas de tal fenómeno.
El motivo de preocupación ya no se limitaría a que algunos
grupos propongan “prácticas terapéuticas” que llevan a rechazar una ayuda más
efectiva o que proponen técnicas francamente nocivas para la salud, sino en que
se ha detectado una progresiva introducción de tales grupos en diversos ámbitos
de salud:
- Dentro del campo de la salud física, las drogodependencias
y las enfermedades terminales;
- En hospitales públicos y privados dentro de sectores de
influencia para ir extendiendo sus propuestas;
- En el sector de las curas paliativas, la oncología y la
neurología (p.ej., pacientes con lesiones cerebrales);
- En el sector de los cuidados pre/post natales y la
atención a la infancia;
- En el ámbito de la genética, especialmente, la clonación
humana.
Miguel
Perlado. Psicólogo. Psicoterapeuta. Especialista en
sectas y otras dinámicas abusivas. Desarrolla su actividad clínica en
Barcelona.
TRASPASOS
Otro campo donde se introducen es en el de
las intervenciones en crisis, catástrofes naturales o situaciones de
emergencia. Como muestra bastará citar que en el pasado ataque al WTC del 11 de
septiembre, unas 450 personas se presentaron como “profesionales de salud
mental” dispuestos a “ayudar” a las víctimas, sin indicar que pertenecían a la
Iglesia de Scientology, aunque más tarde intentaran retocar su presencia allá.
La Asociación Nacional de Salud Mental (NMHA) advirtió públicamente sobre este
hecho, indicando que estas personas no estaban ofreciendo asistencia
psicológica sino que estaban empleando la tragedia para atraer nuevos miembros
a su organización de manera no ética (6).
Y otra de las especialidades donde observamos un número
creciente de injerencia sectaria, y que es donde me voy a centrar, es el de la
psicoterapia. La psicoterapia es una técnica que puede derivar hacia objetivos
muy diferentes según el empleo que se haga de la misma; desde la pura estafa hasta
el abuso y la explotación del cliente, pasando por la dependencia o la
manipulación, la psicoterapia puede llegar a pervertirse y convertirse en una
herramienta de control del sujeto (9).
En el ámbito de la ayuda psicológica, las sectas pueden
emplear técnicas de lo más variadas (rebirthing, análisis transaccional, PNL,
sofrología, etc.), aunque también pueden valerse de otros tratamientos
convencionales (terapias familiares, terapias de grupo, psicoanálisis, etc.).
Este tipo de grupos se apropian de una doctrina determinada para seducir a
clientes potenciales mediante, por ejemplo, el ofrecimiento de administración
de tests gratuitos, seminarios donde en breve tiempo se asegura adquirir las
habilidades de terapeuta o terapias para superar problemas personales. La
psicoterapia no sólo es empleada por estos grupos como instrumento de seducción
de nuevos miembros, sino que también es empleada como procedimiento a través
del cual retener a las personas.
En cualquiera de los casos, la formación no hace inmune al
profesional de esta problemática, aunque sin duda es preferible un profesional
formado antes que otro no formado en el servicio que ofrece. Igualmente, pensar
que un modelo terapéutico específico es inmune a los efectos del dogmatismo es
una ilusión, como ya mostramos en un trabajo anterior con respecto a la
práctica del psicoanálisis y la apropiación del mismo por diversos grupos
sectarios (9).
Perversión
de la psicoterapia y abuso psicológico
El abuso psicológico abarca un amplio espectro de comportamientos
que pueden darse en diversas situaciones, desde el abuso en el seno familiar
hasta el abuso que aparece en grupos de manipulación, pasando por los abusos en
la pareja, en los interrogatorios policiales, situaciones laborales o incluso
también en psicoterapia.
Una de las características básicas de estas formas de abuso
psicológico es que se toma al sujeto como objeto y se le dirige según una
voluntad perversa. En tales situaciones, “una persona o un grupo, en una
posición diferencial de poder sobre otro adulto, emplea un conjunto de
procedimientos manipulativos o francamente coercitivos (vg., infundir miedo,
aislar al sujeto, etc.) con el fin de controlar el comportamiento, el
pensamiento y los sentimientos de la persona, generalmente, en detrimento del
influenciado” (7). Este tipo de maniobras pasa por un control de la información
a la que tiene acceso el sujeto, el control de sus posibles elecciones, el
ataque a su mundo interno y la fragmentación de su identidad.
TRASPASOS
El funcionamiento más común en este tipo de “terapeutas” es de tipo dominante, con fuertes tendencias narcisistas, aspectos de grandiosidad y paranoidismo, mostrándose como personas muy hábiles verbalmente y con una facilidad para mostrar de forma alternante estados emocionales de sinceridad o de enfado muy intensa, todo ello en un ambiente ampliamente seductor.
El funcionamiento más común en este tipo de “terapeutas” es de tipo dominante, con fuertes tendencias narcisistas, aspectos de grandiosidad y paranoidismo, mostrándose como personas muy hábiles verbalmente y con una facilidad para mostrar de forma alternante estados emocionales de sinceridad o de enfado muy intensa, todo ello en un ambiente ampliamente seductor.
Los terapeutas empiezan a entrar en una dinámica abusiva
desde el momento en que se alejan de su ética, del pago por el servicio
efectuado, de las relaciones confidenciales con los clientes y cuando incitan a
sus clientes a formar un grupo cohesivo y que gira en torno al terapeuta.
Los límites terapéuticos se diluyen y los clientes terminan
por transformarse en auténticos creyentes, mostrando un patrón de pensamiento cerrado
(dogmático) y viéndose incrementada la dependencia y la paranoia; se establece
una co-dependencia donde el terapeuta y los clientes terminan transformando la
experiencia terapéutica en un sistema cerrado donde predomina la perversión. De
esta manera, los clientes llegan a ser amigos de sus terapeutas, amantes,
empleados, colegas y estudiantes; en las situaciones de grupo, llegan a
convertirse en hermanos que están agrupados con el fin de admirar y dar apoyo a
su terapeuta.
Durante el curso del tratamiento, en lugar de entender y
tratar la transferencia, ésta se deja al servicio de la idealización del
terapeuta; asimismo, en lugar de fomentar la autonomía personal, se termina
llevando a los clientes a una posición de dependencia.
Muchos de los clientes entrevistados al salir de estas
relaciones, describen experiencias de importante deterioro personal, hallándose
en un impasse y sintiendo una gran desilusión hacia sus terapeutas (y hacia
todo tipo de terapeutas). Debido a la influencia ejercida sobre la persona, se
establece una simbiosis patológica con el terapeuta y/o con el grupo,
impidiéndoles esto mismo abandonar la relación con el mismo. Las consecuencias
sobre el cliente de tal relación anti-terapéutica pasan por:
(a) una fuerte identificación con el terapeuta y sumisión
inducida,
(b) negación y/o proyección masiva de todo aspecto complejo
de la mente,
(c) instauración de un patrón de pensamiento rígido de tipo
dicotómico y muy estereotipado,
(d) pérdida de la individualidad, de la flexibilidad
cognoscitiva y de la capacidad de análisis crítico,
(e) retroalimentación colusiva en la relación establecida
entre el cliente, el terapeuta y el grupo,
La
psicoterapia es una técnica que puede derivar hacia objetivos muy diferentes
según el empleo que se haga de la misma
La
psicoterapia como técnica puede llegar a pervertirse y convertirse entonces en
una herramienta al servicio del control del sujeto
TRASPASOS
(f) desarrollan una fuerte identidad grupal que los separa
de otros grupos u asociaciones; y
(g) desarrollan fuertes medidas de conformidad a las normas
de grupo.
Estas terapias abusivas ofrecen la “salvación psicológica”
y suponen una perversión del vínculo terapéutico (9) en tanto que los problemas
del cliente no son algo a comprender, sino que se convierten en algo que debe
ser suplantado por una conversión a una posición donde se deberá mantener una
fe ciega por el terapeuta y la terapia. A continuación citaremos algunos
procedimientos habituales en este tipo de situaciones, que pasan por incrementar
la dependencia, el aislamiento, anular la capacidad de pensamiento autónomo y
desalentar la terminación del tratamiento. Obviamente, uno sólo de esos
indicadores no hace que una terapia sea abusiva, sino que nos vamos a encontrar
con un conjunto de ellos o ante alguno de
ellos lo suficientemente significativo (como por ejemplo, las relaciones
sexuales con los clientes, que son interpretadas como “progreso terapéutico”):
Procedimientos
que incrementan la dependencia:
- Confesiones públicas en grupo acompañadas de respuestas
de castigo o humillación;
- Ofrecimiento de respuestas específicas ante la ansiedad
en lugar de explorar los motivos de esa ansiedad;
- Contactos sexuales entre el terapeuta y el cliente;
- Respuestas inesperadas ante contenidos del cliente,
respuestas fluctuantes que van de la aprobación a la desaprobación;
- Se alienta al cliente a no tomar ninguna decisión sin
antes consultar al terapeuta;
- Tomar ventaja anticipando posibles respuestas de las
fuentes de influencia del cliente (amigos, familia).
Procedimientos
que incrementan el aislamiento:
- Tratamiento del cliente en lugares retirados (granjas,
comunas);
- Prescripción de largos períodos de meditación solitaria;
- Interpretación intensa y continuada de los problemas del
cliente como algo causado por la familia, amigos o la pareja y recomendando el
distanciamiento de estas personas;
- Empleo de fantasías inductoras del miedo;
- Recomendaciones al cliente de que tan sólo se junte con
otros clientes que él trata;
- Tratamiento del cliente individual y grupalmente,
empleando el pensamiento de grupo para anular el pensamiento crítico;
- Denigrando otras formas de terapia o terapeutas,
acompañándose de mensajes de que “tan sólo esta terapia es válida”.
TRASPASOS
Procedimientos que minan la capacidad de
pensamiento crítico:
- Rechazo del pensamiento crítico como una posible vía de
resolución de problemas, animando a que cese la actividad crítica;
- Se anima al cliente a que emplee el argot terapéutico con
toda persona;
- Se anima a que el cliente “crea” antes que piense y
analice lo que le pasa;
- Se emplean términos vagos, muy poco claros;
- Se ofrecen al cliente largas interpretaciones sin
coherencia interna alguna o incluso con contradicciones;
- Se responde a los problemas del cliente mediante la
prescripción de cantos o ejercicios sin atender a lo que el cliente plantea;
- Se anima a que el cliente evite la confusión que podrían
generarle otros seminarios o actividades, incitándole a que no acuda a ellos;
- Se reinterpretan los problemas del cliente en términos
absolutamente imposibles de verificar a través de la experiencia.
Procedimientos
que desalientan la terminación del tratamiento:
- Reversión de roles, hasta el punto de que el terapeuta
introduce en terapia sus propios problemas y conflictos;
- Se interpreta el deseo de terminar el tratamiento como
una deslealtad al terapeuta;
- Se indica al cliente que desea terminar que ha habido
cambios pero que todavía no es consciente de ellos y que, por tanto, necesita
más terapia;
- Se dice al cliente que los logros que ha alcanzado no son
suficientes o que no son gran cosa;
- Se redefinen los objetivos del tratamiento en términos
esotéricos o inalcanzables;
- Se indica al cliente que si finaliza el tratamiento, su
vida será un desastre.
Las
terapias sectarias ofrecen la “salvación psicológica” y terminan desembocando
en una perversión del vínculo terapéutico.
El
desarrollo exponencial de “las terapias” ha llevado a que nos encontremos en la
actualidad con un auténtico psicomercado.
TRASPASOS
Desde un punto de vista deontológico,
estos terapeutas no actúan éticamente y se acercan a un empleo manipulativo de
la técnica cuando:
(1) no respetan la confidencialidad, los límites se borran, aparecen auto revelaciones por parte
del terapeuta, el grupo se emplea como medio de hacer público lo privado, la
conducta no obediente se interpreta como resistencia o problema de carácter;
etc.;
(2) no respetan las relaciones duales,
fomentándose todo tipo de relaciones,
proponiendo al grupo como una nueva familia que colmará todas las necesidades,
intensificando el compromiso asegurando que al finalizar la terapia se podrá
ocupar un lugar entre el staff; no estableciendo una clara separación entre el
área de clientes y de terapeutas, asumiendo múltiples roles el terapeuta en la
vida del cliente, presentando las relaciones sexuales entre cliente-terapeuta
como un elemento del tratamiento, etc.;
(3) no existe consentimiento
informado, no se ofrece una
información completa sobre la naturaleza y los fines del tratamiento, se
distorsiona la información que se da al cliente, se toma el consentimiento
inicial como un consentimiento generalizado a todo tipo de actividades
propuestas por el terapeuta, se emplea los contactos sociales para el reclutamiento
de nuevos clientes, se emplea la presión de grupo para mantener ligados a los
clientes, etc.;
(4) no hay competencia profesional, aceptando clientes para una técnica que no es efectiva o
para la que no se está formado, el terapeuta funciona como si pudiera curar
todo sin atender las características diferenciales de cada cliente, se lleva a
que los clientes terminen culpándose a sí mismos por el escaso progreso
terapéutico, se insiste en que el cliente necesita más terapia (terapias
eternas), etc.;
(5) no se promueve la autonomía, se minimiza la competencia del cliente para tomar
decisiones y se alimenta la dependencia, se fomenta la idealización del
terapeuta y sus capacidades, se refuerza la transferencia idealizada, la
transferencia positiva es interpretada continuamente como algo exacto y
ajustado a la realidad, se convierte al cliente en un “converso” de la terapia,
la sumisión al grupo se reviste de un sentido de liberación personal y
trascendencia; etc.;
(6) poca claridad financiera, de forma que se solicitan donaciones al cliente, se
presiona para el proselitismo, se paga por adelantado los servicios, el
terapeuta pasa a ser el asesor financiero del cliente, se pide dinero prestado
al cliente, se pide a los clientes contraprestaciones mensuales de su salario
base, se pide a los clientes acciones o que se conviertan en accionistas del
terapeuta, etc.;
(7) distorsión de la formación
profesional, de modo que el
terapeuta se presenta como el descubridor de “la terapia” y se rechazan otras
formas de tratamiento, se fomenta la paranoia hacia profesionales externos al
grupo, se restringe el acceso del cliente a otras fuentes de información, etc.;
y
(8) no se promueve el final del
tratamiento, de forma que el
terapeuta interpreta el deseo de terminar la terapia como una resistencia, se
imponen miedos sobre la terminación, se refuerza el papel del grupo, la terapia
se ofrece como un estilo de vida, cuando intentan acabar el tratamiento, los
clientes son tratados como enfermos mentales o inhábiles para salir hacia
delante por sí solos, etc.
El usuario debe conocer la
propuesta que se le ofrece, informarse adecuadamente y mantener una prudencia
crítica ante propuestas que aseguran valer para todo.
TRASPASOS
TRASPASOS
Consideraciones
finales
El campo de las “terapias” crece cada vez
más, a semejanza de lo que está pasando hace ya décadas en otros países. En
nuestra profesión, junto a las formas de ayuda convencionales, hay
profesionales que introducen planteamientos más cercanos a cosmovisiones de la
realidad antes que procedimientos de ayuda para los problemas psicológicos del
cliente. Simultáneamente, el desarrollo exponencial de las “terapias” ha creado
un auténtico psicomercado, donde se ofrecen “una amplia gama de formas de ayuda
psicológica o seudopsicológica disponibles fuera del campo de la psicología
profesional y fuera del campo de la red de salud mental pública en ámbitos como
el asesoramiento, la orientación y el desarrollo personal” (3).
Pero al igual que sucede en los tratamientos físicos, no
puede identificarse un tratamiento alternativo con un tratamiento abusivo; como
hemos visto, también entre tratamientos convencionales pueden aparecer abusos,
aunque nos hemos centrado más en los abusos generados por grupos sectarios que
se adueñan de técnicas psicológicas para atraer, retener y mantener en una
situación de dependencia a la persona, con el fin de que su compromiso con el
terapeuta y el grupo aumente.
Estas situaciones llevan al profesional a intervenir, en
tanto que su silencio puede terminar por crear un pacto poco saludable para la
persona influenciada. El momento y el modo de intervenir dependerán de
numerosos factores, como el grado del abuso, las posibilidades de éxito e
incluso la historia personal de la persona influenciada. Un determinado riesgo
es quedarnos atrapados en la atribución de determinantes inconscientes o
problemas de personalidad del sujeto; aún cuando estos elementos pudieran
existir, lo más inmediato a hacer frente son los efectos de tal grado de
influencia abusiva. Tan sólo a posteriori podremos ayudar al influenciado a
darse cuenta de sus factores de vulnerabilidad personal y ayudarle a
robustecerlos.
Es importante que el cliente conozca la preparación del
terapeuta y que conozca y dé su consentimiento al tratamiento ofrecido,
asesorándose con otro profesional en el caso de que tuviera duda. Para la
protección del cliente deberían ponerse en marcha disposiciones similares a las
existentes en otras profesiones o actos médicos, bajo la forma de documentos
contractuales que especificaran claramente el servicio ofrecido, la formación
de que dispone el profesional, el método a emplear, la duración del
tratamiento, el modo de pago, etc.
La infiltración de grupos sectarios en ámbitos de salud
mental es un hecho con el que nos iremos encontrando cada vez más. Dotar a la
Comisión Deontológica de los respectivos colegios profesionales de una sección
para el estudio y la prevención de estas situaciones parece algo necesario y
urgente, porque lo que está en juego no es tan sólo nuestra credibilidad como
profesionales sino también la misma salud mental de las personas afectadas por
estas prácticas abusivas.
Las
sectas de terapia pueden hacer uso de diversos modelos, corrompiendo el proceso
de ayuda y exigiendo del paciente que se convierta en creyente.
TRASPASOS
Referencias bibliográficas
(1) Boland, K.; & Lindbloom, G.
(1992), “Psychotherapy Cults: An Ethical Analysis”. Cultic Studies Journal, 9
(2): 137-161.
(2) Conseil de l’ Europe (1999), Une approche européenne
des médicines non conventionnelles. Rapport de la Commission des Questions Sociales, de la Santé
et de la Famille. Doc. 8435, 11 juin 1999.
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Sects and Psychogroups”. New Religious and Ideological Communities and
Psychogroups in the Federal Republic of Germany. Bonn: Deutscher Bundestag.
(4)
Halperin, D.A. (1993), “The Dark Underside: Cultic Misapropiation of Psychiatry
and Psychoanalysis”. Cultic Studies Journal, 10 (1): 33-44.
(5)
Mission Interministerielle de Lutte contre les Sectes (2002), “Les derives
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février 2002.
(6)
National Mental Health Association (2001), Group Intentionally Confusing
Public. Beware Scientologists Claiming To Be Mental Health Professionals. NMHA
News Release, september 17.
(7)
Langone, M.D. (1992), “Psychological Abuse”. Cultic Studies Journal, 9 (2):
206-218.
(8) Ordre National des Medicins (1996),
Pratiques medicales et sectes. Rapport adopté par le Conseil National le 27
septembre 1996.
(9) Perlado, M. (2001). Terapias dogmáticas
y perversión de la transferencia. Libro de Ponencias - Jornadas del Trastorno
de Dependencia Grupal en los Grupos de Manipulación Psicológica. Barcelona:
AIS - SCS, 30 de noviembre.
(10)
Singer, M.T.; Temerlin, M.K.; & Langone, M.D. (1990), “Psychotherapy
Cults”. Cultic Studies Journal, 7 (2): 101-125.
(11)
Singer, M.T., Goldstein, H., Langone, M.D., Miller, J.S., Temerlin, M.K., &
West, L.J. (1986). Report of the APA Task Force on Deceptive and Indirect
Techniques of Persuasion and Control. The American Psychological Association.
(12)
Temerlin, M.K.; & Temerlin, J.W. (1982), “Psychotherapy Cults: An
Iatrogenic Perversion”. Psychotherapy: Theory, Research and Practice, 19 (2):
131-141.
(13) Temerlin, M.K.; & Temerlin,
J.W. (1986), “Some Hazards of the Therapeutic Relationship”. Cultic Studies Journal, 3 (2): 234-242.
Muy buen artículo! Gracias por compartirlo :)
ResponderEliminarMuy bueno, cierto!!
ResponderEliminarGracias!!
Es verdad, tuve una experiencia terrible relacionada con estos terapeutas. Un grupo autoayuda de droga dependientes, el abuso psicológico, el estrés emocional, el control que ejercen sobre cada integrante del grupo, llega a trastornar todo lo que conoces y sos. Hoy siento un profundo rechazo hacia estas personas y sus métodos. Jamas bajo ningún punto de vista volvería a integrar algo as.
ResponderEliminarY menos mal que te diste cuenta y pudiste salir! algunos no lo consiguen! Podrías contar por encima qué sucedió, me interesa por cuestiones personales... gracias por adelantado.
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